El arte romano, al igual que su arquitectura e ingeniería, se extendió, como su imperio, a lo largo y ancho del perímetro del Mar Mediterráneo, siendo uno de los principales exponentes de la avanzada civilización romana. El arte romano hunde sus raices en diversas influencias, especialmente del mundo etrusco y del griego.
El Arte Romano tiene su principal manifestación en la arquitectura, tanto religiosa, como civil. pero otras manifestaciones de primer orden son su magnífica escultura y en menor medida la pintura. El mosaico es otra de las artes más brillantes del mundo romano.
Arquitectura
La característica esencial de la arquitectura romana es, sobre todo, su racionalidad y funcionalidad. La arquitectura romana es heredera de la etrusca y en menor medida de la griega. A la arquitectura arquitrabada de los griegos, la romana incorpora, de manera constante, el arco y la bóveda de raigambre etrusca. Las bóvedas empleadas fueron principalmente la cupuliforme, la de medio cañón, de horno y la de arista. Los materiales empleados fueron básicamente la sillería pétrea, la mampostería, el ladrillo, en combinación frecuente con argamasa de hormigón.
Escultura
Al comienzo, la escultura romana de retrato sólo representaba la cabeza y parte del cuello. Posteriormente, se avanza en la representación de todo el busto, incluyendo hombros y pecho.
La escultura romana destacó sobre la griega en lo relativo a la creación de la escultura-retrato. Y es que el retrato romano hunde sus raíces en el arte etrusco, aunque también en el mundo helenístico griego y en las máscaras de cera que se aplicaban al rostro de los difuntos para su recuerdo y culto posterior. Los materiales más utilizados en el retrato romano fueron el bronce y el mármol.
Pintura y Mosaicos
De la pintura griega se presentan las grandes composiciones del imperio romano. Los primeros años de la pintura romana aludían a la necesidad de Roma por conocer los nuevos lugares conquistados. Otro tipo de pintura llevada a cabo en el periodo de la Republica romana fue el tipo decorativo. El uso de materiales pobres en los edificios como el hormigón, el sillarejo, ladrillos o mampostería, obligaban a colocar sobre ellos un revestimiento.
Los mosaicos tienen un origen muy antiguo. Se han hallado mosaicos en Creta, Mesopotamia, y por supuesto en Grecia, Roma y el Imperio Bizantino. El arte del mosaico griego y romano se combinó con la tradición oriental y dio lugar a mosaicos con grades cantidades de oro. Además, se aplican los mosaicos a la arquitectura religiosa mientras que en el mundo romano se aplicaba a la arquitectura doméstica. Los mosaicos romanos se basan en los tapices y especialmente en la pintura. Tiene la ventaja con relación a la pintura de su gran durabilidad. En general los mosaicos romanos representan sobre todo motivos geométricos y también con mucha frecuencia, escenas mitológicas. A un segundo nivel aparecen motivos costumbristas: juegos, cacerías, escenas amatorias y eróticas, etc.
La Diana de Pompeya (Templo de Apolo, en Pompeya).
Todo en esta estatua remite a los modelos clásicos
en que se inspiraron los artistas de la escuela de Nápoles.
Desde la manera algo tosca de representar
el movimiento a las vestiduras, propias de
los siglos VI y V a.C.
El Paisaje del Nilo es un mosaico nilótico procedente de la antigua Praeneste, del siglo I a.C, y
conservado en el Palacio Barberini de Roma.
Gran Camafeo de Francia atribuido a Dioscórides (Bibliotheque National, París) Tres mundos
conviven en este camafeo. En el superior, los gloriosos antepasados -Augusto entre ellos- se
complacen en el triunfo de sus herederos, Tiberio y Livia, que, sentados,
reciben en el centro al victorioso Germánico. La parte inferior
es el mundo de los vencidos: la mujer con el niño en brazos,
el desalentado gesto del joven bárbaro, la muchacha que medita sobre la perdida patria.
Según las reglas del juego áulico, están abajo, pero su grandeza es mayor que la de los vencedores.
Templo de la Fortuna Viril, en el Foro de Roma.
Detalle de un sarcófago romano que muestra a Prometeo creando hombres (Museo Arqueológico
Nacional de Roma). El relieve constituye una obra maestra de exaltación
del movimiento.
Pilastra de las rosas (Museo Vaticano de Roma). Bellísima obra que formaba parte del
Sepulcro de los Haterii (Museo Lateranense de Roma). Es uno de los últimos estertores de
la escuela neoática. El doble juego de volúmenes -alto y bajo relieve- producen una sensación
de armoniosa profundidad, entroncada con el helenismo.
Anfiteatro Flavio, en Roma. Ésta es una de las construcciones más importantes que han llegado
hasta hoy, no sólo de la época de los Flavios sino de todo el Imperio romano. En la imagen se
aprecian los cuatro pisos que lo componen y las arcadas que, en los tres pisos inferiores, fueron
ideadas para aportar algo de ligereza a la construcción.
El arco de Tito en Roma, muestra una articulación compacta y pesada, muy distinta
de la elegancia helenística.
Canope de la Villa Adriana, en Tívoli, en el que aparecen con claridad
las influencias helenísticas.
Ara Pacis (Roma). Monumento que Augusto mandó erigir a su regreso de las campañas
pacificadoras en España y la Galia en el año 13 a.C. Se trata
de un edificio cuadrado, alzado sobre un podium. Dos puertas, una al este y otra
de un edificio cuadrado, alzado sobre un podium. Dos puertas, una al este y otra
al oeste, se abren en sus muros decorados.
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