Saturday, March 19, 2011

Latinoamérica

Latinoamericano es considerado sinónimo de iberoamericano, término con el cual denominamos al conjunto de habitantes en América colonizados por los españoles y portugueses. Si bien en Arte Latino, cubrimos la producción latina a nivel global, llegando más allá de las fronteras continentales americanas para incluir además de España y Portugal al resto del planeta, consideramos pertinente una breve introducción a las manifestaciones plásticas latinoamericanas por separado debido a sus particulares características históricas y culturales.


Períodos


Arte Indígena o Pre-colombino: correspondiente a las culturas mayas, aztecas, incas, tainas y aquellas de larga permanencia previas al descubrimiento de América.

Arte Colonial: cuyo fin primordial estuvo a servicio de la iglesia, destacándose la arquitectura dentro de las artes más que la pintura y la escultura. El arte colonial las regiones colonizadas por los españoles tuvo características que las pudo distinguir con facilidad de su equivalente europeo, contorno a lo ocurrido en los países colonizados por los portugueses (Brasil), quienes desarrollaron un estilo colonial basado en fuentes fundamentalmente europeas.

Arte Postcolonial: se inicia con los movimientos independentistas de la colonia española. Surge un arte individualista, con escenas que van desde el descubrimiento del nuevo mundo y su conquista, hasta representaciones locales de carácter social y político. En la segunda mitad del Siglo XIX, el indianismo tuvo gran éxito, centrando Lima y México la atención sobre los países y forjando un estilo particular independiente del impresionismo.
Arte Latinoamericano del siglo XX: el arte latinoamericano de este siglo esta dominado por México en el cual se dió un interés tanto cultural como político por las civilizaciones antíguas y la vida actual de sus habitantes autóctonos, intentando revivir las formas indígenas y con un intenso interés social del artista.



En México, con la protección estatal y a falta de un mercado artístico, se eligieron los muros de los edificios públicos para representar su arte, naciendo un arte mural, el mexicano, que trascendió los límites geográficos locales, el cual se aferró a tres tópicos, que a menudo se entremezclan:

*Indianismo
*Historia de México

 *Marxismo
Los tres muralistas principales fueron Rivera, Orozco y Siqueiros. Tanto Rivera como Orosco realizaron grandes murales fuera de México, más concretamente en Estados Unidos donde ejercieron una gran influencia sobre los artistas de los años 30 y 40.
El surrealismo encontró numerosas afinidades naturales con América. En 1940 se celebró en ciudad de México la exposición Surrealista Internacional. En los años 30 y 40 se formaron grupos surrealistas en Chile, Argentina, Perú y Martinica. Justo antes de la Guerra Mundial la pintura surrealista europea recibió una transfusión de sangre nueva procedente de las Américas a través de Roberto Matta (Santiago de Chile) y Wilfredo Lam (Cuba). Lam se unió a los surrealistas en 1939 y fue el primero en traducir el interés surrealista por el premisticismo y la magia en sorprendentes imágenes totémicas de gran influlencia africana.
Fuera de México, en general, ha habido bastante internacionalidad en el campo de la pintura, la escultura y la arquitectura y una apertura cada vez mayor al arte abstracto, aunque ha habido importantes muralistas como: Candido Portinaria (Brasil) entre otros.
Pedro Figari fue el representante más importante de la escuela argentina del Río de la Plata. Joaquín Torres García nació en Uruguay y pasó varios años en París, reflejando en sus pinturas un profundo individualismo y afinidades con Joseph Cornell o Max Ernst. Fernando Botero (Colombia) es un pintor y escultor muy personal cuyos retratos grotescos y marchitos siguen la tradición de Bross y Otto Dix.

Nuestra Señora de Belén, pintura anónima delsiglo XVII perteneciente a la Escuela Cuzqueña.

Retrato a Gobernador Ustariz, José Campeche.

Retrato del Arzobispo Don José Rubio y Salinas Miguel Cabrera

Mural de Rivera mostrando la vida de los aztecas en el mercado de Tlatelolco. Palacio Nacional de Ciudad de México.

El rapto de Europa, Medellín.

"El despertar de la criada" (1887)
Eduardo Sívori

El reposo" (1889)
Eduardo Schiaffino

A Primeira Missa no Brasil Victor Meirelles


Valle de México José Maria Velazco



Morel Carlos - Combate de caballería en la época de Rosas


Prilidiano Pueyrredón-Capataz y peón de campo













Neoclasicismo

El nacimiento de la corriente cultural y artística denominada Neoclasicismo en el siglo XVIII se corresponde con una muy profunda revisión de modelos sociales, económicos y políticos que se vive en Europa durante aquellas décadas. 
Este cambio social europeo se debe a la difusión de las teorías de la Ilustración en todos los ámbitos de la vida. Se revisan y critican los modelos tradicionales y se proyecta una nueva sociedad más justa e igualitaria. Este proceso terminará provocando la caída del Antiguo Régimen.
En el plano cultural y artístico, también se produce este punto de inflexión que terminará conduciendo a la pintura moderna contemporánea.
En este momento, entre los ilustrados se enuncia la convicción absoluta de un conocimiento basado en la razón. En este movimiento de humanismo cultural, también aparece un afán enciclopédico de recoger el saber humano.
En arte y literatura se revisan los valores de la antigüedad desde el punto de vista formal y moral. Se busca un ideal de pureza como defensa y crítica del barroco y rococó, que se consideran artes de lujo artificial.

En este contexto, la antigüedad clásica se convierte en el modelo a seguir. Artistas y aficionados viajarán a Roma para tomar modelos de la antigüedad imperial romana, y Roma se convierte en el centro internacional.
Una de las características del neoclasicismo es que en la revisión de las culturas clásicas se concluye la preeminencia de lo griego sobre lo romano. Por ello, en el neoclasicismo, predomina la arquitectura inspirada en Grecia.



Diana cazadora de Jean-Antoine Houdon (Fundación Gulbenkian, Lisboa). Es una de las esculturas de este autor en la que es más visible no sólo su formación clásica, sino su simpatía por el barroco romano. Su apasionamiento por la perfección anatómica está moderado aquí por la languidez sentimental y una refinada elegancia típica del siglo XVIII.


El juramento de los Horacios, obra deJacques-Louis David.


Cenotafio para Isaac Newton.


Fachada de la Catedral de Pamplona.


Representación de la Acrópolis de Atenas. Obra del arquitecto y pintor Leo von Klenze (detalle).


La fuente, obra de Ingres.


Antonio Canova: Perseo con la cabeza de Medusa, c. 1800, Museos Vaticanos.


Lorenzo Bartolini: Ninfa atacada por un escorpión, c. 1845. Louvre.


Bertel Thorvaldsen: Jasón y el vellocino de oro, 1803. Thorvaldsens Museum.

Johann Gottfried Schadow: Las princesas Louise y Friederike von Mecklenburg-Strelitz, 1797. Alte Nationalgalerie.










Rococo

A principios del siglo XVIII parecían estar agotadas las formas clásicas en el arte europeo, que habían dictado el estilo artístico a seguir en los siglos precedentes y que habían permitido que proliferara en toda Europa un arte poderosamente elegante. Era, por tanto, la época del barroco, que había tomado el relevo del clasicismo como arte dominante oponiéndose precisamente a éste en sus concepciones más esenciales. De este modo, al período clásico le siguió un siglo de esplendor barroco que cubrió de imaginación y también de algunos excesos las obras más relevantes creadas en esos tiempos.
Y, aunque el barroco parecía haber llevado prácticamente hasta su última expresión el gusto más recargado en lo decorativo, aún habría de producirse una nueva evolución que haría de la exuberancia ornamental el rasgo más característico de su estilo.


El estilo Rococó nace en Francia a principios del siglo XVIII y se desarrolla durante los reinados de Luis XV y Luis XVI.
Ha sido considerado como la culminación del Barroco, sin embargo, es un estilo independiente que surge como reacción al barroco clásico impuesto por la corte de Luis XIV. El rococó a diferencia del barroco, se caracteriza por la opulencia, la elegancia y por el empleo de colores vivos, que contrastan con el pesimismo y la oscuridad del barroco.
El estilo rococó, el propio del siglo XVIII porque es en él cuando surge, es producto, como no podía ser de otra manera, de una sociedad que ya no vuelve la vista atrás en busca del esplendor de la antigüedad. De este modo, los artistas se complacen en buscar nuevas fuentes de inspiración para ese nuevo arte que están creando, se fijan en las formas más caprichosas de la naturaleza y elevarán a la categoría de arte el sentimentalismo algo ligero y caprichoso del que tanto hacía gala la aristocracia de la época. Así, se asiste en el siglo XVIII a la difusión en Europa del rococó, estilo artístico que habría de triunfar sobre todo en Francia, Alemania, España e Italia y que halló en la porcelana el medio más adecuado para trasmitir sus valores artísticos y morales.




Tintero de María Antonieta (Residenz Museurn, Munich). El contraste entre el color verde de la porcelana de Sévres y los dorados de la base conforman
una delicada armonía en la composición de este tintero, que formó parte de los enseres personales de la reina.


Vasos de estilo holandés (Colección privada). El tipo de porcelana de Sèvres denominado bleu du roi ejerció una influyente hegemonía artística en Europa a finales del siglo XVIII. En estas piezas de vajilla de 1756, decoradas con una elegancia exquisita con escenas marítimas del sitio de Maó, emulan la finura de la pintura china.


Palacio de Caserta, de Luigi Vanvitelli (Nápoles). Instalada definitivamente en Nápoles la corte borbónica de Carlos I, el heredero legítimo de Felipe V, se encargó en 1752 una residencia real que emulara por una parte la ostentosa grandilocuencia del palacio de Versalles y la estructura espacial del palacio del Buen Retiro de Madrid, donde el rey había pasado su infancia. Activamente implicado en el proyecto, el rey quiso imponer en su estilo decorativo el culto a la ligereza y a joie de vivre cortesana, con todos los lujos, como se constata en el pomposo boudoir de la reina, dotado con una bañera de oro y unos frescos de temática erótica.


Anunciación, de Ignaz Günther (Colegiata de Weyam, Baviera). El grupo escultórico de madera policromada, del año 1764, está concebido según el canon establecido por la orden agustiniana. De una altura proporcional a la humana, destaca por la ambigüedad manifiesta del ángel, muy característica del estilo decorativo rococó.


Cómoda estilo Luix XV, de Charles Cressent. El rocaille tardío, considerado despectivamente en los ambientes artísticos parisinos como una degeneración del rococó, estaba caracterizado por la incorporación de pedrería, paneles de laca oriental, frescos barnizados y revestimientos de seda, bronce y maderas exóticas en su decoración, combinando la comodidad con la elegancia de las curvas, tal y como ponen de manifiesto las dos estatuillas de doncellas que ornan este escritorio del siglo XVIII.


Cornucopia de Alcora. Estos pequeños espejos de marco tallado y dorado, que solían disponer adosados varios brazos para las velas, produciendo un exótico efecto de iluminación al reverberar la luz en la propia luneta del espejo, presentan siempre grabados decorativos de cristal o porcelana, como el de esta cornucopia, ornada con una escena entre Venus y Marte en su fragua acosados por dos amorcillos alados. De gran difusión en España durante el siglo XVIII es, no obstante, la ciudad de Venecia la principal procedencia de estos objetos de artesanía.


Dragón Kirin, de Adam Friedrich von Löwenfinck (Staatliche Porzellanmanufaktur, Meissen). En 1746, Friedrich von Löwenfinck fundó una manufactura artesanal que inicialmente se dedicaba a la cerámica de gusto rocaille, pero posteriormente se especializaría en un tipo de decoración que imitaba sin disimulo los motivos florales, paisajísticos y figurativos de inspiración japonesa, enfatizando el uso de las policromías y las líneas finas del dibujo.


Capitana y Leda, de Franz Antón Bustelli (Residenz Museum, Munich). Procedentes de la escuela de Nymphenburg, estos dos personajes de la Commedia dell'Arteforman parte del conjunto de ocho parejas originales que se modelaron en los talleres de Bustelli. La simplicidad formal, fina y brillante, y la elegancia de los movimientos se adaptan perfectamente a las temáticas típicas de las damitas aristocráticas, los pastores de égloga y los gremios de artesanos.


La catedral de Cádiz, proyectada en 1722 por Vicente Acero es la obra más representativa del rococó español. Acero sigue los esquemas renacentistas de la catedral de Granada de Diego de Siloé, por eso su interior se estructura en tres naves. La cabecera cuenta con una girola en torno a la capilla mayor, que es de planta circular y que se cubre con una cúpula sobre tambor.


Catedral de Murcia, de Jaime Bort.










Thursday, March 17, 2011

Barroco

El Barroco fue una consecuencia de la lucha religiosa que hubo en Europa que tuvo lugar en Europa a causa de la Reforma protestante y la Contrarreforma católica. El enfrentamiento religioso provocó un cambio de mentalidad que afectó a todos los aspectos de la cultura, del arte y de la sociedad.

Entre las características generales del arte barroco están su sentido del movimiento, la energía y la tensión. Fuertes contrastes de luces y sombras realzan los cuadros, esculturas y obras arquitectónicas. Una intensa espiritualidad aparece con frecuencia en las escenas de éxtasis, martirios y apariciones milagrosas. Los pintores pretendieron siempre en sus obras la representación correcta del espacio y la perspectiva. El naturalismo es otra característica esencial del arte barroco; los artistas buscaban la representación de los sentimientos interiores, las pasiones y los temperamentos, magníficamente reflejados en los rostros de sus personajes. La intensidad e inmediatez, el individualismo y el detalle del arte barroco hicieron de él uno de los estilos más arraigados del arte occidental.

Pintura
El pintor barroco plasma la realidad tal y como la ve, con sus límites imprecisos, sus formas que salen y entran, los objetos de primer plano intrascendentes, los escorzos y las posturas violentas, y las composiciones diagonales que dan a la obra gran dinamismo. Se acude a los temas religiosos, escenas de santos, mitológicos, el retrato, tanto el individual como el de grupo, y surge como tema nuevo el bodegón.


Se hace referencia a dos estéticas diferentes: el tenebrismo y el eclecticismo:

-El tenebrismo consiste en el choque violento de la luz contra la sombra. El fondo queda en penumbra, o desaparece, mientras que la escena queda en primer plano.

-El eclecticismo trata de salvar el gusto clásico dentro de la nueva norma. Se trata de una estética decorativa efectista y teatral.


Arquitectura

La arquitectura barroca tuvo el objetivo de emocionar y llamar la atención del espectador, por lo que utilizaron lo siguiente:

-El uso de la línea curva, tanto en las estructuras de los edificios como en la decoración.

-Destaca el uso de las columnas salomónicas, que son las que tienen el fuste en espiral, y da una sensación de movilidad.

-La utilización de efectos luminosos en los edificios a través de una gran profusión de entrantes y salientes, es decir, de fachadas con distinta profundidad; y de fronteros rotos, es decir, de fronteros en los que alguno de sus lados no está cerrado.

-La abundancia de decoración y de adornos en las fachadas e interiores.

-La utilización de materiales ricos, especialmente en las Iglesias, para producir una sensación de ostentación.


Escultura
Los temas tienden a ser más profanos, mitológicos, en donde el desnudo adquiere particular importancia. Además, la escultura se vuelve urbana, aparecen en las calles, plazas y fuentes, integradas con la arquitectura. Se caracteriza por su fuerza y su monumentalidad, su movimiento compositivo, su dinamismo, proyectado hacia fuera, sus composiciones diagonales, su expresividad y su tratamiento de la ropa.


El barroco no es sólo un concepto artístico, sino también la definición cultural de la época, que se extendió a lo largo del siglo XVII y hasta mediados del siglo XVIII.




Iglesia de Sant'lvo a la Sapienza de Borromini, en Roma. El interior de la cúpula sigue la forma de estrella de seis puntas de la planta, abriéndose una gran ventana en la base de cada segmento. La tendencia vertical es muy acusada y las formas contrastantes se van resolviendo hasta terminar en la linterna circular decorada con doce estrellas.



La Venus del espejo o Venus y Cupido es una de las obras más famosas y singulares de Velázquez, no tanto por su indiscutible calidad técnica sino por el tema representado: una Venus desnuda, tema insólito en la pintura española de la época.Roma, este óleo sobre lienzo, de 122,5 x 175 cm, se puede admirar en todo su esplendor en la National Gallery de Londres.



Milón de Crotona de Fierre Puget (Musée du Louvre, París). Es indudable el carácter marcadamente barroco de esta escultura, que se aprecia no sólo en el naturalismo con el que está representado el cuerpo sino también en la violencia y tensión que desprende la escena merced al ataque del león que se observa a la izquierda.



Rubens con su esposa Isabella Brant (Alte Pinakothek, Munich). Cuadro pintado hacia 1609, poco después del primer matrimonio del pintor. En esta obra se resume claramente el ideal de la felicidad burguesa, plácida y confortable, tan típico de la sociedad flamenca de la época.



Beata Ludovica Alberoni de Bernini (capilla Altieri de la iglesia de San Francesco a Ripa, Roma). Fue esculpida en mármol, cuando el artista era ya octogenario, por encargo del cardenal Paluzzo Altieri, primo de Clemente X. En esta obra, terminada en 1675 y que marca el punto culminante del "pathos" barroco, Bernini vuelve a encontrar la inspiración y el éxtasis místico de la Santa Teresa. El cuerpo de la bienaventurada se estremece por el sufrimiento, pero su rostro se ilumina por el gozo de la eternidad entrevista.



Catedral de Santiago de Compostela. Detalle de la fachada del Obradoiro, realizada en el siglo XVIII por Fernando de Casa y Novoa para proteger el Pórtico de la Gloria. De estilo barroco, en la parte superior se ve al apóstol Santiago vestido de peregrino.



Triunfo de Baco o Los Borrachos de Velázquez (Museo del Prado, Madrid). Este cuadro no es sino una parodia en la que el dios Baco corona, a la sombra de la parra, a su corte de picaros y mendigos. Obra enormemente popular, que incluso Manet evocó en el fondo de su retrato de Zola, fue pintada en 1628.



La Grand-Place de Bruselas muestra claramente que los constructores barrocos belgas no lograron liberarse de los conceptos artísticos medievales y sólo se limitaron a decorar las estructuras góticas según la nueva tendencia. De las seis casas de la fotografía, las tres de la izquierda corresponden a la reconstrucción de 1697, dos años después del bombardeo de Villeroy, que destruyó la plaza. Las tres casas de la derecha datan de mediados del siglo XVIII.



La Virgen rodeada de santos de Rubens (depositada temporalmente en el Museo de Amberes). Pintada en 1628, es una obra notable por sus efectos lumínicos y por esa calidad perlada que lo unifica todo. Estuvo en la capilla funeraria de Rubens, en la iglesia de Saint-Jacques de Amberes.



Vista de Delft de Vermeer (Mauritshuis, La Haya). Éste ha sido llamado el "primer cuadro impresionista de la pintura europea" por su atmósfera de "plein air", fijada en una hora exacta del atardecer, ya que el reloj del edificio central marca con absoluta precisión las siete y diez. Marcel Proust escribió que esta tela era la más bella del mundo. Es, desde luego, uno de los paisajes más famosos de la historia de la pintura por su luminosidad, la perspectiva aérea, los reflejos de las casas en el agua y también por la insuperable perfección técnica, suave y transparente, con cuidados efectos puntillistas.













Japón

El arte ha tenido en Japón una importancia fundamental a través de los diferentes períodos de su historia y ha conseguido, a pesar de la multitud de estilos y tendencias que han aparecido y desaparecido, a pesar también de la influencia que China y el continente asiático en general ejercieron sobre él, una personalidad inconfundible y un nivel estético muy notable. 

En el arte japonés imita la armonía de la Naturaleza, se evoca a los dioses que forman la sustancia de las cosas.

Características principales del arte japonés:
*Simplicidad de sus formas*
*El elemento ornamental o decorativo desaparece*
*La pobreza de los medios y de la materia, el wabi japonés*
*Se trata de un arte austero*



Las primeras muestras artísticas encontradas, dan nombre al primer período de Jomon. Son vasijas de arcilla (jomon) que llevan impresas huellas de cordeles a modo de decoración; al final del período hay además unas figurillas de personas y animales, igualmente de arcilla (dogu) a las que se atribuye significación simbólica.
El siguiente período histórico y artístico viene marcado por el paso del nomadismo a una nueva cultura agraria y la importación de metales del continente, dieron origen a un nuevo período llamado Yayoi con sus característicos objetos de bronce campaniformes (dotaku). El período protohistórico de Kofun (250-552) dibuja cierta conciencia nacional centrada alrededor de un monarca al que se tributan extraordinarios ritos funerarios y al que se dedica como tumba un montículo entero (kofun) con una serie de cámaras interiores en las que se han hallado los haniwa, excelentes figurillas de arcilla que constituyen sin duda la más interesante aportación del Japón prehistórico.
Más adelante, el período Asuka (552-646) marca el predominio del budismo, importado del continente, sobre la religión indígena sintoísta. Pero tras la cuestión religiosa iba implicada una cuestión política que dio lugar a una serie de luchas intestinas de las que finalmente salió victorioso el clan de los Soga.


La llegada del budismo a través de China en el siglo VI., transformó profundamente la cultura japonesa, pero no modificó los conceptos en que se basaba. El arte de Japón, al entrar en contacto con la cultura búdica, un pensamiento más refinado, se volvió más presico en sus técnicas.

Retrato del monje Ganjin o Chien-chen (Templo de Toshodai-ji, Nara). Obra posiblemente realizada después de la muerte de este ilustre monje, ciego cuando contaba setenta y siete años, que se debe sin duda a un escultor muy allegado a él. La imagen severa y realista que lo representa sentado como el Buda, refleja toda la legendaria serenidad y la riqueza de la vida interior de una de las personalidades más vigorosas y veneradas del budismo nipón.

Máscara para teatro no del período Muromachi. Máscara de formas suaves y delicado colorido, como corresponde a la enigmática belleza femenina evocada por los protagonistas del no, que son interpretados siempre, como es sabido, por hombres.

Palacio Nijo, en Kyoto. Residencia de la dinastía Tokugawa, fue construido entre 1603 y 1626, y ampliado y renovado en el siglo XIX. La imagen muestra la puerta china del palacio.

Torii del santuario de Ise.

Ofrendas de sake en el salón Kaguraden del santuario de Ise.

Botella para sake de Furuta Oribe (Museo Guimet, París). Cerámica realizada por el más destacado discípulo de Rikyu, que prosiguió el programa de simplificar la ceremonia del té y de buscar para los objetos que se empleaban en ella, una espontaneidad ideal. Sus cerámicas presentan ese primitivismo, esa indeterminación de formas apenas esbozadas, para marcar un claro contraste con la línea precisa y el rebuscado dibujo de loscéladon de procedencia china.

La gran ola de Kanagawa (1830 - 1833), grabado deKatsushika HokusaiMetropolitan Museum of ArtNueva York.

Santuario Itsukushima, con su torii (arco de acceso a un espacio sagrado) situado sobre el Mar Interior de Seto, ejemplo de integración del arte en el entorno natural.

Recipiente de terracota del período Jōmon(hacia 3000-2000 a. C.).

Santuario de Fushimi Inari-taisha (711), Fushimi-ku, Kyōto, con sus característicos torii de color rojo.